Como dice una de mis profesoras, y además una de las
personas más ingeniosas que conozco, cuando no se sabe algo hay que preguntarle
a los sabios. En este caso, yo sé de lo que hablo, pero, si por algún casual
alguien lee esto y no lo sabe, la Real Academia Española define cansancio como “falta
de fuerzas que resulta de haberse fatigado”. Fatiga es lo que siento cada vez
que algo que pienso o planeo sale mal. Hasta ahora he sido una chica afortunada
en lo que debo serlo. Tengo una familia con trabajo, lo que lleva a tener un
techo bajo el que vivir y un plato de comida cada día. Yo por eso me considero
afortunada. Sin embargo, a lo largo de nuestra vida creamos vínculos con
personas y sucesos que se convierten importantes para nosotros. Queráis o no,
eso es así. Y nunca va a haber solo una cosa importante. Con toda nuestra buena
fe pensamos y planeamos que esas personas estén a gusto y que esos sucesos
salgan bien. Si no nos preocupáramos por ellos serían simples personas o
sucesos, no serían importancia. Y es con estas importancias con las que me
siento desafortunada. Desafortunada por hacer todo siempre con buena fe y no
conseguir nada de ello. Desafortunada por intentar siempre hacer lo correcto y
ser juzgada por ello. Desafortunada por tratar a todo el mundo como se merece y
no recibir nada a cambio. Pero ese es otro tema del que me oiréis hablar a
menudo.
De verdad que estoy cansada de que todo salga mal, que cosas
importantes se crucen entre sí, que exista la irresponsabilidad y el egoísmo. Solo
me queda pedirme perdón a mí misma, porque solo con perdón se arreglan las
irregularidades. Y pensad que siempre habrá algo importante por lo que seguir
adelante, aunque estad siempre seguros de no ser unos irresponsables por seguir
esos sueños.
Esto parece patético pero hola. Hola a los que habéis leído esto.
Hace tiempo que llevaba en mente empezar a escribir. Pero no sabía cómo, cuándo
ni por qué. Ahora que han aparecido el cuándo y el por qué me he decidido. La
verdad es que el cómo era lo más fácil de resolver. Creo que tengo muchas cosas
que decir. Quizá son demasiadas y están desordenadas, y ni siquiera si tendrán
sentido. Pero para eso empiezo este blog, para aprender a decir lo que pienso.
Me dejas sin palabras, me imagino el tema del que hablas y estoy tan dolida como tu, espero tenga solución. Un beso
ResponderEliminarYo tampoco tengo palabras. La verdad es que no se como me siento. Gracias por el primer comentario :)
Eliminar